12/2/15

La única cosa en la que creo

“… pero les diré una cosa, la única cosa en la que creo: uno va a estar aquí cincuenta, sesenta, setenta años o los que sean, y hay que procurar pasarlos lo mejor posible. Y no hay más realidades, machos, que el sexo y el dinero…”


Además de Andreu Martín, Juan Madrid y obviamente Vázquez Montalbán, autores que la mayoría de especialistas coinciden en señalar como los más destacados representantes de la novela negra policíaca española en la década de los ochenta, hubo por aquellos años otros escritores igualmente significativos, aunque menos recordados o incluso olvidados en la actualidad, que también escribieron grandes novelas. Uno de esos autores fue Carlos Pérez Merinero.

Si echan un vistazo a la biografía de Carlos Pérez Merinero en Wikipedia verán que se licenció en economía, que durante un tiempo ejerció de profesor universitario y que en un determinado momento su carrera se alejó de las aulas y se adentró de lleno en el mundo de la literatura, el cine y la televisión. A lo largo de su carrera, y para dar algunas referencias, Merinero escribió varios guiones de La huella del crimen, la mítica serie en la que se recreaban algunos de los casos más escalofriantes de la crónica negra española, y fue coguionista de "Amantes", el film dirigido por Vicente Aranda por el cual Victoria Abril recibió el Oso de Plata a la mejor actriz en el Festival de Berlín en 1991.

La publicación de "Días de guardar" en 1981 por la editorial Bruguera representó para Pérez Merinero una entrada fulgurante en del género negro. La novela fue celebrada por su originalidad y dureza y se vendieron más de 10.000 ejemplares. A esta novela le siguieron otras como "El ángel triste", "Llamando a las puertas del infierno" o la trilogía "Fronteras de la inocencia" que lo convirtieron con el tiempo en un autor de culto entre los seguidores del género. En cualquier caso, el prestigio de Merinero entre los aficionados a la novela negra y policíaca de esa época no fue suficiente para que sus obras se siguieran reeditando y llegaran con cierta normalidad hasta los lectores de hoy. De hecho, sucedió todo lo contrario. Con el paso del tiempo la actividad novelística de Pérez Merinero se concentró cada vez más en editoriales especializadas y progresivamente quedó fuera de la órbita del gran público.

Afortunadamente, hace unos meses se concretaron dos iniciativas que enmiendan en parte esta injusta situación. Por un lado, destaca la reedición de la opera prima del escritor sevillano por parte de la editorial Reino de Cordelia (por cierto, estupendo el prólogo del escritor Óscar Urra) y, por otra, la programación a modo de homenaje de Otro cuento de Navidad(2011), película dirigida por el mismo Pérez Merinero y Estación de Chamartín (1981), de la cual el autor sevillano firmó el guión, en la Filmoteca de Catalunya dentro de la recién clausurada BCNegra 2015.



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Días de guardar es un magnífico ejemplo de hard-boiled a la española ambientado en los años inmediatamente posteriores al final del franquismo, los años de la expansión de la periferia de las grandes ciudades y la delincuencia juvenil de los llamados "quinquis". La novela cuenta la historia de Antonio Domínguez, un atracador de bancos y joyerías sin escrúpulos, violento, chulo, ignorante y obsesionado con el sexo, que no dispone de otro sistema de valores que aquel que le permita dar rienda suelta a su propia satisfacción.

De esta novela nos gustaría hacer tres apuntes que, somos conscientes, no son muy originales porque básicamente amplifican algo que ya han dicho otros, si bien entendemos que dado el prolongado letargo de esta obra y su gran calidad no está de más volver a recordar.

En primer lugar, destaca el punto de vista. "En Días de guardar" el narrador es el delincuente y no el detective como era habitual en la narrativa de género escrita por autores españoles a principios de los ochenta. Este planteamiento, muy novedoso y original para la época, fue una constante en la obra del autor sevillano a quien nunca interesó demasiado, por tópico y trillado, el planteamiento clásico del detective o del policía que recibe un encargo e inicia una investigación.

Con el tiempo, esta manera de narrar le valió a Pérez Merinero la comparación con el autor norteamericano Jim Thompson. Entendemos que esta comparación ha sido y es acertada solo hasta cierto punto puesto que a diferencia de los de Thompson, los personajes de Pérez Merinero, sería el caso del atracador Domínguez, no están atormentados, ni pretende o pretendió su autor justificar sus actos recurriendo a una biografía oscura o difícil. El atracador Domínguez es un tipo de una sola pieza, sin remordimientos, sin traumas de infancia que permitan explicar porqué hace lo que hace. Domínguez solo recuerda el pasado para informar al lector sobre cómo se inició en el mundo de la delincuencia y sobre cómo llegó a la conclusión de que lo único que importa es el dinero y el sexo… En ningún caso siente el lector ningún impulso por compadecerlo. En este sentido pensamos que el personaje de Pérez Merinero estaría más cerca del Patrick Bateman de "American Psycho" (1991), obviamente salvando las diferencias de clase y ambiente, que del Lou Ford de "El asesino dentro de mí" (1952).

En segundo lugar, sorprende de la novela de Pérez Merinero el gran trabajo realizado con el lenguaje. El atracador Antonio Domínguez habla de un modo seco, directo, crudo. Su discurso está repleto de refranes populares y expresiones cargadas de cinismo y sentido del humor “barriobajeril”. La violencia verbal y el machismo de la narración de Antonio es lo más políticamente incorrecto y rompedor que hemos leído en los últimos tiempos. Cuesta pensar que un autor contemporáneo se atreviera a escribir de ese modo y que en caso de hacerlo alguna editorial grande (como lo fue Bruguera entre los años cuarenta y finales de los ochenta) quisiera publicarlo... Nada más empezar a leer advierte el lector que Días de guardar no es una novela negra que ande mareando la perdiz con eufemismos... “Y, sin embargo, se mueve. La muy hijaputa se mueve. No sólo se mueve, sino que pone su mano sobre mi pecho y la va bajando hasta dar con mi picha, que, después del castigo que la muy cabrona me infligió durante toda la noche, está más apagada que la puñeta…”

Y es que comparadas con "Días de guardar", este sería el tercer elemento que a nuestro juicio merece la pena destacar, la mayor parte de novelas negras y policíacas que se escriben en la actualidad no tienen la mala leche que gasta la novela de Pérez Merinero. Días de guardar es una novela que aspira a agitar y remover conciencias no tanto por la vía de la crítica social y moral sino por la vía de la confrontación impertinente entre la violencia espontánea y amoral de un atracador de bancos únicamente preocupado por satisfacer sus instintos y la mezquindad de los personajes que se cruzan en su camino con los que, en cierta manera, podría sentirse identificado el lector. Aquello que interesa a Pérez Merinero, tal y como apunta Óscar Urra en el prólogo de la edición de Reino de Cordelia, “no es tanto la crítica social y moral como la estupidez y la mezquindad de la ciudadanía media en sus múltiples formas, actitudes y paisanajes. Al lado de lo que la sociedad y las circunstancias pergeña todos los días con la vida de la mayoría de los personajes que se cruzan con el protagonista, la brutalidad que éste se gasta […] se antoja ingenua y circunstancial”

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Resumiendo, "Días de guardar" es un clásico indispensable y Carlos Pérez Merinero se merece compartir podio con autores como Montalbán, Madrid, Marín, Martínez Reverte o Ibáñez. No dudamos en decir que es el mejor descubrimiento que hemos hecho en lo que va de año. Esperemos que Reino de Cordelia u otra editorial tenga a bien recuperar algunos títulos más de este autor.

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FICHA TÉCNICA

- Título: Días de guardar
- Autor: Carlos Pérez Merinero
- País: España
- Año publicación idioma original: 1981
- Año publicación versión leída para la reseña: 1981
- Editorial: Bruguera
- Páginas:235
- Valoración personal (1-10): 10

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